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Innovación, atracción de talento e institucionalización, los nuevos retos de la abogacía

El negocio de la abogacía, no es el mismo de antes. Los principales retos a los que se afronta el mercado legal se concretan en los cambios en la relación con el cliente, en la atracción y retención del talento y en la innovación.

El mercado legal afronta distintos retos, desde el cambio en la relación entre el cliente, el abogado y el despacho, pasando por la necesidad de definir políticas más atractivas de captación y retención de talento, hasta la necesidad de innovar para prestar un mejor servicio y ser más competitivos.

Hoy en día los profesionales tienen una visión del negocio diferente a la del jurista tradicional: los abogados ven el desarrollo de sus funciones y responsabilidades no solo en el marco del derecho, sino también en el de las necesidades de la industria para la que trabajan. De manera simultánea, la empresa no sólo necesita abogados para resolver asuntos legales, sino también para apoyar temas de desarrollo del negocio, razón por la que los abogados hoy deben tener, no solo un conocimiento legal profundo, sino también conocimientos en tecnología y gestión de proyectos, entre otras soft skills. En este contexto, analizamos tres de los  grandes retos que afronta el sector.

 

La atracción y retención de talento, un asunto pendiente

Las nuevas generaciones ven el ejercicio de la abogacía de una manera distinta. Su conectividad y sus conocimientos tecnológicos les permiten desarrollar sus actividades de una forma no tradicional. En las entrevistas de trabajo, los candidatos se interesan por la cultura de un despacho, por que este pueda cumplir sus expectativas, por la flexibilidad de los horarios… Los millennials trabajan de forma distinta y deben ser motivados de manera diferente, por lo que es importante que los despachos revisen una serie de políticas y de procedimientos al efecto de poder obtener el mejor resultado de ellos.

Otro aspecto que hay que considerar es que los nuevos profesionales están acostumbrados a una respuesta rápida, a tener un flujo de información y a obtener una gratificación inmediata que no tiene que ser necesariamente económica. Quieren tener asignaciones claras, entender qué se espera de ellos, y aquí surge la necesidad de acometer evaluaciones periódicas. Es preciso sofisticar la gestión del talento y hay que medir su impacto y la contribución de cada miembro del equipo de manera distinta.

Igualmente, es preciso entender que hoy en día el abogado joven representante de esta nueva generación no quiere tener un jefe, sino seguir a un líder del cual va a aprender y que, además, será su mentor y también su amigo.

 

¿Cómo puede una firma asistir a sus socios en el desarrollo de su carrera y motivarlos? Entre otras practicas, se puede lograr ayudándolos en la preparación de un plan individual de negocios, dándoles el apoyo necesario para su ejecución y ofreciéndoles formación personalizada para el desarrollo de calificaciones que requieren para lograr su metas y objetivos.

La importancia de la innovación

Por otro lado, dentro del contexto de un bufete, innovar no debe ser visto como una moda, sino como la consecuencia de una necesidad que obliga a revisar procesos y políticas para seguir alcanzando metas y objetivos y servir mejor al cliente. Innovar es la consecuencia de una necesidad demostrada y no necesariamente solo introducir un cambio, algo que a menudo encuentra resistencias, ya que tradicionalmente, el abogado es resistente al cambio. Además de innovar basándose en las necesidades, también hay que hacerlo teniendo en mente que con la innovación se busca servir mejor al cliente.

En cuanto a la inteligencia artificial, no tiene sentido competir contra ella, sino con ella. No viene a eliminar al abogado o a lanzar un abogado robot que compita con el humano. Es preciso ver las nuevas tecnologías y tendencias de metadatos como herramientas que se pueden utilizar para potenciar y redistribuir los recursos humanos, tecnológicos y financieros necesarios, para así poder hacer más con menos, atender a los clientes mejor y hacer que progresivamente los abogados se vayan dedicando de manera más específica a los asuntos en los que verdaderamente se requieren conocimientos profundos de materias legales.

Innovar no debe ser visto como una moda, sino como la consecuencia de una necesidad que obliga a revisar procesos y políticas para seguir alcanzando metas y objetivos y servir mejor al cliente.

 

Institucionalización y legado

La institucionalización en una firma de abogados hace referencia a contar con todo el marco de gobernabilidad, desde tener políticas claras hasta un plan de compensación ajustado a las necesidades y realidades de la firma. En esta línea es preciso disponer de políticas que lleven a tener claras la visión, la misión y la cultura del despacho, para que todos los profesionales se identifiquen y trabajen en ese fin común que es el desarrollo del negocio. Es preciso contar con las herramientas que sean necesarias para que la actividad sea próspera y para que todos los miembros de la sociedad entiendan el negocio y se identifiquen con su filosofía, visión, misión y cultura. Eso facilitará lograr las metas y objetivos establecidos en su plan estratégico.

La institucionalización es vital si las firmas de abogados buscan trascender más allá de sus líderes actuales y dejar un legado para las nuevas generaciones. El mensaje más importante de una firma institucionalizada hacia sus clientes es que trascenderá a los socios que en ese momento están dirigiendo y prestando los servicios al cliente.

 

Accede al artículo original en IE Insights  (Fernando Peláez-Pier, director de los programas: Lawyers Management Program y el Management de Firmas en Latinoamerica)