Linda Kasonde

Linda Kasonde

Sobre mí

En 2016, Linda Kasonde fue nombrada presidenta de la Law Association of Zambia (LAZ), una institución encargada de promover y proteger el Estado de derecho, la Constitución, las buenas prácticas gubernamentales y la justicia social, además de regular el ejercicio de la abogacía en el país. De esta forma, Kasonde tuvo el honor de convertirse en la primera mujer en ocupar este puesto en la historia de la Asociación, tanto antes como después de la independencia de Zambia en 1964.
Durante más de siete años, hizo muestra de su característica determinación y de su ética de trabajo, desempeñando los puestos de vicepresidenta y secretaria honorífica de la Asociación. Este excepcional despliegue de fortaleza fue lo que impulsó su incursión en una profesión tradicionalmente dominada por hombres.
Kasonde, que ha demostrado ser una apasionada del aprendizaje, ha participado en prestigiosos programas ejecutivos en IE y en Harvard. Linda cree firmemente que todos debemos estar dispuestos a aprender y a enseñar. A ella, la vida le ha enseñado a creer en sí misma y a no poner límites a nuestros sueños, aspiraciones o a nosotros mismos.
Como testimonio de su extraordinaria carrera, Kasonde fue nominada a los premios EPIC alumni en la categoría de «Women Inspiring Women».

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case2Executive Education
mapPointZambia
studentLawyers Management Program Alumni
Linda Kasonde

"Ser una líder relativamente joven en una sociedad patriarcal es una tarea llena de desafíos."

Linda Kasonde

Escrito por: Valeria Saccone

En 2016, Linda Kasonde se convirtió en la primera mujer que preside la Asociación de Juristas de Zambia, en África, en sus 53 años de historia. La función de este órgano es promover el respeto a la ley, el constitucionalismo, el buen gobierno y la justicia social, así como regular la profesión de los juristas en este país.

Esta asociación también tiene el ingrato papel de vigilar cuestiones espinosas relativas a la gobernanza y al estado de derecho. “Estos son los aspectos que más llaman la atención del público. A menudo significa entrar en conflicto con el Ejecutivo”, explica esta abogada, que perfeccionó sus estudios en IE y en Harvard. “Si, como yo, tienes la mala suerte de estar en el cargo durante un período de elecciones nacionales, tendrás que asumir unos cuantos riesgos y tener un poco de audacia. Eso requiere coraje y el coraje hace la diferencia entre alcanzar la grandeza y perder la esperanza”, añade.

Su llegada a un cargo tradicionalmente ocupado por hombres no ha sido repentina. Supuso una voluntad inquebrantable y un arduo trabajo durante siete años, en los que Kasonde también fue vicepresidenta. Desde que alcanzó la cumbre de la Asociación de Juristas ha tenido que capear varios temporales. El reto principal ha sido la aprobación de una enmienda constitucional que permite a un ministro quedarse en su cargo incluso después de la disolución del Parlamento. La Asociación de Juristas se opuso y exigió que ser miembro de la Cámara fuera el requisito para ocupar una cartera. No dudó en pedir a los ministros que dejasen sus cargos tras la disolución del Parlamento y en llevar la cuestión hasta el Tribunal Constitucional.

“Como presidenta de la asociación, yo no era muy popular ante el Gobierno y fui descalificada en los medios de comunicación. Defendimos nuestras posiciones y, cuatro días antes de las elecciones generales, el Tribunal Constitucional pronunció una sentencia a nuestro favor. No solo estableció que los ministros tendrían que dejar su cargo tras la disolución del Parlamento, sino que ordenó que devolviesen los salarios y emolumentos por el período en que habían ocupado ilegalmente su cargo. Fue una decisión histórica. Lo que intento decir es que el liderazgo conlleva muchos desafíos. Hacer lo correcto y hacerlo bien no es para los débiles. Para decirlo de una forma más cruda, a veces se necesitan bolas de acero”, afirma Kasonde, que resalta cómo su paso por IE la ayudó a perfeccionar sus habilidades para enfrentar una crisis.

Kasonde cuenta que en su camino hacia la presidencia de esta asociación ha sido acusada de ser demasiado ambiciosa. “Vivimos en un mundo en el que la falsa humildad es elogiada y la autoconfianza genuina es denigrada; donde estar en la media es visto como una virtud y ser ambicioso, incluso para propósitos desinteresados, es considerado un vicio. En otras palabras, si quieres ser popular no seas líder”, reflexiona.

A pesar de las dificultades que supone ser la primera presidenta de una asociación conservadora, traza un balance positivo. “Cuando las mujeres ven a otras ocupando una posición influyente, se dan cuenta de que también pueden hacerlo”, dice. Kasonde reconoce que la vida la ha enseñado a creer en sí misma, a no conformarse con la situación, a estar dispuesta a aprender y a enseñar, a no limitarse y a no renunciar jamás a sus sueños y aspiraciones.

“Todo esto es importante para cualquier mujer que aspire al liderazgo en cualquier parte del mundo y no solo en Zambia. Siempre nos dijeron lo que podemos y lo que no podemos hacer. Esto explica por qué hay tan pocas mujeres líderes en el mundo. Muchas creen que no son lo suficientemente buenas o que es demasiado difícil. Tener confianza en ti misma es clave porque cuando intentas hacer algo nuevo, a menudo la gente te dirá que no puedes. En muchas ocasiones serás la única persona que cree en ti”, afirma.

Para ella, ser una mujer en el poder siempre es más duro. “Solo hay que mirar a las elecciones presidenciales en los Estados Unidos o al impeachment en Brasil de Dilma Rousseff. Las mujeres son más susceptibles de recibir este tipo de ataques”, señala. Los datos globales son reveladores: solo el 23,3% de los diputados en todo el mundo son mujeres y, según la revista Forbes, solo el 24% de las mujeres tienen una posición de liderazgo en los negocios.

Kasonde destaca que una mujer que elige ser líder no puede tener miedo al fracaso. También hace hincapié en el apoyo de sus colegas para alcanzar sus metas. “Creo que no incluimos lo suficiente a los hombres. Sin involucrarlos no podemos ganar esta batalla”, subraya. En su opinión, la clave para las mujeres que quieren hacer la diferencia es tener resiliencia y una voluntad clara de liderar.

Kasonde reconoce que se ha sentido halagada con la nominación a los premios EPIC ALUMNI. “Es alentador ser reconocida por el trabajo que haces y, en caso de ganar, espero poder inspirar a otras mujeres para que alcancen todo su potencial. Ha sido una travesía difícil y es bueno saber que hay gente que aprecia mi trabajo”, afirma.

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