Impulsando el rendimiento y el compromiso del empleado con el liderazgo positivo y el entrenamiento del comportamiento

¿Cómo pueden los CEO de hoy sacar más provecho de sus equipos? Actuando más como CBO (‘chief behavioral officers’, o directores de comportamiento): adoptando prácticas de liderazgo positivo, diseñando buenas experiencias para los empleados y proporcionando formación en comportamiento. Después de todo, el capital humano es la clave para lograr los objetivos financieros.

Impulsando el rendimiento y el compromiso

Los objetivos comerciales y financieros, aunque son esenciales para cualquier organización, pueden distraer a los directivos de su verdadera misión de liderazgo: garantizar que las personas que conforman la organización alcancen su mejor rendimiento. Los líderes deben centrarse en liderar a las personas y, fruto de este liderazgo, los objetivos económicos se logran de forma natural.

 

La necesidad de CBO

El compromiso de los empleados y los comportamientos positivos en el lugar de trabajo son esenciales para el éxito de cualquier organización. Por ello, los CEO deben reinventarse a sí mismos como CBO: directores de comportamiento. Como dijo sir Ken Robinson en su famoso TED Talk, el verdadero papel del liderazgo no consiste en el mando y el control, sino en el control del ambiente. Los CBO crean entornos que permiten a las personas prosperar, facilitando un alto rendimiento de cada empleado y cada equipo. Cuando se dan las condiciones correctas, lo imposible se hace posible.

Yo llevo esto un paso más allá. Considero al CBO un “diseñador de la experiencia”, alguien que aplica las mejores prácticas del mundo de la experiencia de cliente para lograr grandes experiencias de empleado. Los CBO se encargan del diseño de las estructuras organizativas, el clima organizacional, los incentivos individuales y del equipo, y la cultura general de la empresa. Confianza, seguridad, permiso para innovar y fracasar rápido, incentivos que recompensan la compartición entre unidades y funciones… son solo algunos ejemplos de las palancas utilizadas por los CBO para optimizar la experiencia de los empleados.

¿Por qué el mundo de los negocios necesita CBO? En todos los sectores y países, estudio tras estudio muestran que el compromiso de los empleados es demasiado bajo. Por ejemplo, Gallup afirma que solo alrededor del 15 % de los empleados en todo el mundo están completamente comprometidos con sus trabajos; incluso, en los países con el mayor compromiso, esta cifra es solo del 35 %. Esto significa que la gran mayoría de los empleados están comprometidos parcialmente con sus trabajos o desconectados voluntariamente de ellos. La misión del CBO es garantizar que se cumplan las condiciones adecuadas para comprometer a los empleados, permitiéndoles innovar, trabajar de manera autónoma y desarrollar y utilizar sus fortalezas al máximo.

Más allá de centrarse en el comportamiento individual y en la toma de decisiones, los líderes, como CBO, deben centrarse en desarrollar un clima laboral que maximice el rendimiento de los empleados.

Herramientas para incrementar el compromiso de los empleados

El liderazgo positivo puede impulsar el compromiso y el rendimiento de los empleados con tres herramientas muy poderosas:

  1. Entrenamiento mental. La psicología y los estudios del comportamiento nos han dado mecanismos que pueden ayudar a las personas a comprender sus propios procesos de pensamiento y entrenarse para pensar y tomar decisiones con una mayor calidad sin dedicarles mucho más tiempo. La mentalidad de la persona –los procesos mentales que dirigen su comportamiento y pensamiento– puede ser entrenada y desarrollada para ayudarla a hacer mejor su trabajo. Un ejemplo es la práctica del mindfulness, que ofrece a los empleados una forma práctica de entrenarse para gestionar mejor su atención, un componente crítico que utilizamos en cada reunión, conversación o tarea. El trabajo del premio Nobel Daniel Kahneman arroja luz sobre los muchos “sesgos” que tenemos en el pensamiento y la toma de decisiones. Las técnicas de toma de decisiones conductuales pueden ayudar a los empleados a aprender a utilizar formas de mayor calidad de razonar y adoptar sus decisiones.
  2. Desarrollo de ambientes positivos. Sabemos que el bienestar de los empleados está asociado con unos mejores resultados para la organización. Y las ciencias exactas muestran claramente que nuestra mentalidad funciona mejor cuando nuestra proporción diaria de emociones positivas frente a negativas es alta. Más allá de centrarse en el comportamiento individual y en la toma de decisiones, los líderes, como CBO, deben centrarse en desarrollar un clima laboral que maximice el rendimiento de los empleados. Para crear un ambiente positivo, deben abordarse los aspectos emocionales de las circunstancias cotidianas de los empleados, con el objetivo de reducir la negatividad y aumentar la positividad. Al medir las emociones positivas y negativas a lo largo del tiempo mediante cuestionarios sencillos, la empresa puede determinar el grado de positividad o negatividad existente en cada equipo o unidad. Las emociones negativas tienen, psicológicamente, al menos el doble de impacto en las personas que las emociones positivas. Acciones sencillas como rediseñar las reuniones, aprender a dirigir un diálogo basado en las preguntas y comunicarse de manera más transparente pueden impulsar el crecimiento de las emociones positivas. El desarrollo del talento y la formación hacen que las personas sean más apasionadas y estén más dispuestas a buscar nuevos desafíos.
  3. Formación en entrenamiento del comportamiento. Las regiones del cerebro asociadas con el aprendizaje basado en las recompensas son responsables de la automatización de los comportamientos (el “cableado” tanto de nuestros hábitos buenos como de los malos). Por tanto, cambiar los comportamientos improductivos en el lugar de trabajo puede ser muy difícil. Al igual que podemos buscar un programa de entrenamiento físico que nos ayude a mejorar nuestra forma física, el entrenamiento del comportamiento es un paradigma para ayudar a los empleados a identificar los “músculos del comportamiento” que deben entrenar y proporciona técnicas basadas en la neurociencia para llevar a cabo ese entrenamiento. Utilizando el lugar de trabajo como una especie de “gimnasio del comportamiento”, los empleados trabajan para corregir los comportamientos improductivos: escuchando más activamente, mostrando una mentalidad más abierta, siendo más estructurados a la hora de hablar y comunicarse o siendo más pacientes en los trabajos en equipo. Basándome en la neurociencia de los hábitos, presento un marco denominado Habit Hacking que proporciona una forma estructurada y “gamificada” para que las personas tengan más posibilidades de éxito a la hora de alcanzar sus objetivos de cambio de comportamiento.

Estos consejos pueden ayudar a los directivos de empresas a incrementar el compromiso de los empleados y a ejercer un liderazgo positivo. A medida que mejore el rendimiento de los empleados, también lo hará la cuenta de resultados de la compañía.

 

© IE Insights.

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