Innovación en tiempos de COVID-19

En estos días, es fácil centrarse en lo negativo. La propagación del COVID-19 está teniendo un efecto devastador en las economías de los países y la salud de sus ciudadanos. El aspecto novedoso de esta pandemia involucra varias incógnitas y es probable que tenga un impacto persistente durante los próximos años. Sin embargo, a pesar del clima actual, me consuela un poco que la historia de las pandemias y crisis pasadas sugiera un eventual plan de recuperación para el mundo.

Innovacion en tiempos de COVID-19

La necesidad es la madre de toda invención. Surgen nuevas creaciones de la disrupción. Me siento más optimista al ver la masiva creatividad y la iniciativa de las personas que se unen para resolver el problema a través de la innovación. En particular, me han llamado la atención tres fenómenos inspiradores.

 

1. Podemos investigar, experimentar e innovar rápidamente

Si bien no podemos resolver problemas complejos de la noche a la mañana, la participación de empresas, universidades, gobiernos, organizaciones sin ánimo de lucro y personas de todo el mundo ha demostrado que la sociedad puede enfocarse muy rápidamente en abordar los desafíos que tiene el mundo real. Las primeras investigaciones que surgieron de universidades y agencias de salud en China ayudaron al resto del mundo a comprender el impacto del COVID-19 y los esfuerzos de investigación científica continúan aumentando en todo el mundo. Los trabajadores sanitarios son nuestros héroes por salvar vidas, pero también están cambiando la forma en la que se brinda la atención médica. Los kits de prueba rápida para detectar el virus se desarrollaron en semanas, incluido el modelo de detección de imágenes de aprendizaje automático de Alibaba, que detecta COVID-19 en quince segundos. Mientras tanto, el desarrollo de la vacuna está en marcha.

Las cadenas de suministro de las empresas también se están adaptando de una forma que recuerda a la de la Segunda Guerra Mundial, cuando las fábricas fueron reutilizadas para construir suministros para la guerra. Por ejemplo, la compañía de artículos de lujo LVMH transformó su fábrica de perfumes el mes pasado para fabricar desinfectante de manos para el sector sanitario de Francia. El gigante de electrónica taiwanés Foxconn ha comenzado a hacer máscaras. Los diseñadores de moda han pasado temporalmente de los vestidos de noche a la ropa de para médicos y los fabricantes de automóviles están en conversaciones con los gobiernos para fabricar respiradores. Los ingenieros están utilizando impresoras 3D para crear protectores de plástico para los trabajadores sanitarios. La lista sigue y sigue. Estas personas y organizaciones están tomando medidas para hacer su parte.

Para mantener el mundo en funcionamiento, los supermercados y los servicios de logística han desarrollado protocolos de seguridad con miras a proteger a sus empleados y clientes. Los restaurantes han encontrado formas de garantizar que las comunidades en riesgo aún tengan acceso a los alimentos. Los educadores han creado aulas online en cuestión de días. Los recursos de información para educar al público y rastrear la propagación del virus utilizando big data surgieron prácticamente de la noche a la mañana. Finalmente, los que tenemos la suerte de tener empleos que nos permiten trabajar desde casa estamos aprendiendo todo el potencial que nos han aportado las tecnologías de comunicación del siglo XXI. Ninguna de estas tareas ha sido fácil, pero las personas y las organizaciones han demostrado la motivación y los cambios de mentalidad necesarios para investigar, innovar y actuar rápidamente.

Si bien la globalización propició la propagación del virus, la creación conjunta a escala mundial puede ayudar a resolver esta crisis.

2. Hay un mayor enfoque en la empatía y la resolución de problemas del mundo real

Como profesora de Emprendimiento, conozco muchos aspirantes a emprendedores. Si bien las mejoras incrementales en los modelos de negocios existentes son, por supuesto, beneficiosas, me emociono más cuando trabajo con empresarios que intentan abordar los problemas reales a los que se enfrenta nuestra sociedad. Situaciones devastadoras como la crisis del COVID-19 ponen de relevancia cuestiones como la desigualdad en el acceso a la atención médica, la inseguridad alimentaria y la falta de vivienda, tanto a escala mundial como en nuestras comunidades locales. Para la mayoría de las personas que leen esto, quedarse en casa es un inconveniente, pero estos tiempos son probablemente mucho más difíciles para los menos afortunados.

Con el COVID-19 estamos viendo innovaciones emergentes basadas en la empatía por quienes nos rodean. Organizaciones de múltiples sectores están aplicando conceptos como design thinking, systems thinking y lean startup con el objetivo de utilizar su capital humano para resolver problemas rápidamente. Este esfuerzo sugiere que, en el futuro, otros grandes desafíos del mundo real también podrían abordarse con un sentido de urgencia a través de la innovación. No dudo de que, si mantenemos este enfoque en los clientes y los problemas del mundo real, comenzaremos a ver mejores productos en el mercado y vivir en una sociedad mejor.

 

3. Necesitamos –y podemos– colaborar para el cambio

La resolución de problemas complejos no es fácil. Para crear grandes soluciones es esencial una diversidad de habilidades y conocimientos. Si bien la globalización propició la propagación del virus, la creación conjunta a escala mundial puede ayudar a resolver esta crisis. Tenemos la fortuna de vivir en un momento en el que Internet está disponible para facilitar las iniciativas de colaboración.

Por ejemplo, expertos de todo el mundo han respondido colectivamente proporcionando libre acceso a los resultados de investigaciones sobre el virus. La comunidad Open Source Ventilator fuera de Irlanda ha estado trabajando con ingenieros, diseñadores y profesionales médicos a escala mundial para desarrollar diseños de respiradores de código abierto y bajo coste. StartupBlink, un ecosistema de startups, ha desarrollado el Coronavirus Innovation Map para compartir iniciativas creadas en respuesta a la crisis del COVID-19. En un ámbito más local, la comunidad autónoma de Madrid está invitando al público a un hackathon en toda la comunidad para combatir el virus. Es inspirador ver la colaboración emergente y aprender lo que estos ecosistemas han logrado en tan poco tiempo.

Los innovadores tienen la capacidad de movilizarse para la colaboración, experimentar rápidamente e implementar soluciones.

Trabajos en progreso

En estos tiempos difíciles, la forma en la que los individuos y las organizaciones han actuado con un claro sentido de prioridad, urgencia y comunidad en las últimas semanas me da esperanzas de que habrá luz al final del túnel.

¿Son perfectas estas iniciativas? No, son trabajos en progreso, como todas las startups. Sin embargo, a través del esfuerzo colectivo, están surgiendo y creciendo iniciativas de innovación específicas a un ritmo sin precedentes.

Estos esfuerzos sugieren que los innovadores tienen la capacidad de movilizarse para la colaboración, experimentar rápidamente e implementar soluciones. No solo soy optimista y pienso que este momento desafiante pasará, sino que también creo que sugiere que, como sociedad, tenemos las actitudes y la mentalidad necesarias para afrontar desafíos importantes. Afortunadamente, podemos seguir impulsando la innovación para nuestro bienestar colectivo mucho después de que esta crisis termine.

 

© IE Insights.

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