‘Networking’: la guinda de un buen currículum o idea de negocio

Establecer una red profesional de contactos para darse a conocer en los ámbitos adecuados o para encontrar posibles colaboradores, socios o inversores es una estrategia rentable que puede tener más peso que un buen currículum o idea de negocio.

Networking la guinda de un buen curriculum o idea de negocio

El escenario actual es complicado; son tiempos de crisis económica que se pueden revertir buscando nuevas oportunidades por medio de redes de contactos, y en esta línea es curioso que en culturas milenarias como la china las palabras crisis y oportunidad sean términos antagónicos pero compartan la misma grafía.

Existen falsos mitos y leyendas acerca del networking y erróneamente es habitual pensar que la bondad de una red de contactos depende en gran medida de su tamaño, cuando lo importante no es que crezca, sino mantenerla vigente y en constante movimiento. La creación de redes de contacto profesional es una muestra de cambio social, del nuevo rumbo que toman las relaciones de trabajo y de los negocios. Cada vez es más frecuente acudir a reuniones con el objetivo no solo de escuchar a los ponentes más relevantes de un sector, sino también de tener la oportunidad de entablar relaciones, darse a conocer o venderse. La experiencia muestra que el trabajo de networking ayuda a conseguir más información de las empresas de la que se podría obtener en Internet o las redes sociales.

Cuando tratas de construir o crear algo, lo importante no es conocer totalmente lo que haces, sino partir de la humildad y unirte a alguien que sabe más y puede ofrecer mucha más información. Una buena red de contactos es imprescindible para lograrlo y apuesto por la curiosidad positiva, aquella que te ayuda a nutrirte y conseguir objetivos.

Un elemento primordial para crear una red de contactos eficiente y efectiva es dar primero para después esperar que venga de vuelta.

Relación entre dos personas

El networking activo posibilita el intercambio de información y contactos, así como el establecimiento de relaciones con personas que comparten intereses profesionales comunes. El objetivo puede ser avanzar en una carrera, expandir un negocio, aumentar la visibilidad o mejorar la red de contactos comerciales para generar negocio. Entre el networking y la relación entre dos personas hay una analogía, y un elemento primordial para crear una red de contactos eficiente y efectiva es dar primero para después esperar que venga de vuelta. En este escenario es mejor estar en crédito que en débito con los demás, y no se debe ahorrar tiempo ni esfuerzo en cuidar la red, ya que, cuanto más se invierta en el networking, más valor tendrá. Debemos esforzarnos en realizar llamadas periódicas, contestar correos electrónicos y, principalmente, ayudar allí donde se nos necesite. La única forma de fortalecer los vínculos consiste en ser proactivos, estar dispuestos a echar una mano en lo que haga falta y generar confianza mutua.

A la hora de conseguir un networking de éxito es vital empatizar desde el primer momento, sabiendo escuchar y haciendo las preguntas adecuadas. En este contexto, tiene un peso especial la manera en la que preguntamos a los demás. Interrogar directamente a alguien es casi como estar pidiéndole un favor mientras que, si primero me intereso por esa persona en aspectos como su actividad, le estoy ofreciendo una oportunidad. En realidad, ambas cosas son exactamente lo mismo, pero es percibido de una manera totalmente diferente.

El networking requiere dedicación y entrega. Lo más importante es escuchar lo que dicen o demandan los demás, porque a veces nuestras necesidades se supeditan a lo que nos tienen que ofrecer. Por el contrario, un aspecto que juega en contra del networking es la timidez, retraimiento que se produce porque la persona conoce sus límites y se ve frenada por ellos, sin ser capaz de superar esta realidad.

Para construir y desarrollar una buena red profesional es indispensable conocer gente, ir a eventos y participar activamente en ellos para lograr ubicarnos en un entorno adecuado que favorezca la obtención de unos buenos contactos profesionales. También es preciso ser fiable a ojos de los demás, porque de otra manera sería imposible que nos tuvieran en consideración, ya que para tener éxito existe un concepto clave, que es el de la empatía.

Para organizar una buena red profesional es indispensable conocer gente, ser fiable a ojos de los demás y tener empatía.

Reconectar

Tras el fracaso de un proyecto empresarial es posible renacer aprovechando la amplia red de contactos de empresas, proveedores y personas que ocupaban diferentes puestos en toda la cadena. Es preciso aprender de los colegas y de la experiencia de los éxitos, pero sobre todo de los desastres, para evitar repetir los mismos fallos del pasado.

Los emprendedores necesitan formar a su alrededor un selecto equipo de colaboradores cercanos, consejeros y facilitadores, que los ayuden en las diferentes fases de su proyecto, les abran puertas a otras personas clave y contribuyan a que no pasen desapercibidos. Lo más relevante del networking no es conectar, sino reconectar con la gente. Es vital ser plenamente consciente de que acudir a charlas o eventos no es perder el tiempo, sino invertir de cara al futuro. Es una oportunidad para añadir valor al network y ponerlo en alza, una carrera de fondo en la que hay que ser paciente.

Antes de acudir a un evento, es conveniente realizar un intenso trabajo previo de investigación, buscando tanto en las redes sociales como en Internet información de las personas que está previsto que acudan, con el fin de sondear las posibilidades reales de que nuestro perfil case con el de los demás. En este escenario cobran un especial protagonismo las tarjetas de visita como herramienta para crear conexiones profesionales, pero más importante que repartirlas es quedarse con las de las personas que más nos interesan. Habitualmente estas cartulinas son coleccionadas como cromos, sin prestar atención a su origen ni a los nombres que figuran en ellas. Se trata de un intercambio, una especie de ceremonia en la que esta permuta no significa entablar un tipo de contacto a posteriori porque, en la mayoría de los casos, en ese primer momento no se materializará un acercamiento más profundo por falta de tiempo.

Tras la primera aproximación, el siguiente aspecto clave es el seguimiento. Hay que tener en cuenta cómo es el prójimo, qué tipo de carácter tiene, si es tímido o comunicativo… Entre las pautas que recomiendo seguir a la hora de configurar una buena red de contactos de trabajo está la de escanear todas las tarjetas conseguidas en eventos y reuniones y anotar en cada una de ellas dónde y cuándo se estableció el contacto con esa persona, junto con datos o notas que ayuden a recordar qué es lo que se tenía en común con ella o detalles reseñables acerca de su actividad. El objetivo es tratar de poner cara a esos individuos, algo que hoy es mucho más fácil gracias al mundo cibernético que nos envuelve. Otra iniciativa positiva es el envío de e-mails, felicitaciones en fechas especiales o mensajes de voz, además de las llamadas telefónicas. Esta manera de relacionarse, de conectar y reconectar, no solo es efectiva, sino que también tiene un gran impacto a nivel corporativo, emprendedor y personal.

 

© IE Insights.

 

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