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Una experiencia enriquecida a las 12:00 h (CET)

El pasado miércoles 18 de marzo tuvimos nuestra última sesión de Marketing con mi grupo del Master in Management que comenzó este enero, al que nunca olvidaré por las actuales circunstancias y al que quisiera dedicar este artículo.

Miguel Costa, Professor of Marketing at IE Business School.

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Era la sesión que correspondía a la presentación final por grupos -15 minutos cada uno-, para la cual habían estado trabajando tanto en ella como en el informe final, durante toda la última semana. Esto no hubiese supuesto nada especial en la dinámica de un profesor ni de sus alumnos en el IE, pero ese día ocurría algo especial. Iba a ser diferente, porque las presentaciones no se iban a desarrollar en el aula V101 de nuestro edifico de la calle Velázquez de Madrid en la que habíamos compartido el 75% del curso. Dadas las circunstancias, la presentación la realizarían los grupos de manera virtual, conectados desde los distintos países donde se encontraban tratando de superar esta crisis del COVID-19. No he calculado el número exacto, pero seguramente estaríamos conectando desde más de veinte países.

La semana había estado cargada de mensajes con muchas dudas por parte de los representantes de clase y de algunos grupos preguntándome si no deberíamos cancelar las presentaciones, entregar un vídeo en su lugar, ampliar los plazos de entrega o, sencillamente, renunciar a las presentaciones por grupos. Traté toda la semana de tranquilizarles, comprendiendo la inseguridad que les generaba una metodología online con la que no estaban familiarizados ni pensaban que iba a formar parte del proceso de aprendizaje de su programa. Sin embargo, yo me sentía muy confiado. En primer lugar, les animaba a confiar en una plataforma que IE University lleva utilizando desde hace casi veinte años y, en segundo lugar, porque personalmente llevo más de quince años impartiendo clases online con nuestro Executive MBA blended y estaba plenamente convencido de que no habría problemas.

Una visita inesperada

A las 12:00 pm hora de Madrid, estábamos todos conectados en el aula V101, pero de forma remota. Tras las tres primeras presentaciones, el cuarto grupo presentaba un plan de marketing para el cigarrillo electrónico IQOS de Philip Morris. Pensé, entonces, que sería una buena idea contactar con el CEO de Philip Morris España y Portugal, Enrique Jimenez, compañero del MBA en el IE hace veinte años. Mientras escuchaba y revisaba las transparencias y la presentación, escribí un whatsapp a Enrique, comentándole que estaban presentando ese producto, a lo que me contestó que estaba agradecido y suponía una buena noticia desde el confinamiento que sufría. Le pregunté si podía y le apetecía conectarse y, tras confirmarme que sí,  entró a la clase virtual con el permiso necesario.

Al final de la presentación, formulé al grupo una de las preguntas que tienen que responder sobre el tema y, acto seguido, tras su respuesta, les comuniqué que daba la bienvenida al CEO de Philip Morris en España y Portugal para dar su opinión sobre la pregunta formulada. Fueron cinco minutos, pero ¡qué gozada!

Espacio para cosas antes imposibles

Tras mi clase, pude reflexionar sobre lo vivido y cómo el uso de las metodologías docentes virtuales había hecho posible que la clase se viese enriquecida con esa participación. Una contribución así, presencial, es impensable. Un CEO no puede desplazarse a nuestras instalaciones a contribuir a una discusión o presentación, pero la enseñanza online permite enriquecer la experiencia del alumno de manera significativa.

Este reto que estamos todos afrontando va a cambiar la forma en la que entendemos muchas actividades cotidianas. El dinero en efectivo vs medios de pago electrónicos, cambios en la movilidad tanto nacional como internacional, el aumento del teletrabajo y la robotización de muchas tareas, cambios profundos en la gestión de la Sanidad, la formación y el mayor uso de metodologías docentes digitales, las relaciones sociales…

Por ello quería compartir esta experiencia para que sirva de reflexión o inspiración a todos los profesores y alumnos que están asumiendo el reto de la enseñanza online, porque detrás de cada contratiempo hay una oportunidad. Os animo a dejar espacio a la imaginación, a innovar, a plantearnos cosas que antes eran imposibles. Tenemos una oportunidad para mejorar en todos los ámbitos y, especialmente, en el de la formación.

Ya hemos oído demasiadas veces que formamos a los jóvenes del siglo XXI con profesores del siglo XX que utilizan metodologías del siglo XIX. En esto último tenemos no sólo una gran oportunidad sino una enorme responsabilidad.