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Clínicas jurídicas y trabajo pro bono: sensibilizar hoy para un mejor mañana

Nuestro compromiso como institución consiste en estar involucrados en la conformación de la sociedad futura, apostando por un mundo más sostenible. Conoce sobre el modelo de educación clínica de IE.

Sara Sánchez Fernández codirige la Legal Clinic at IE Law School, creada en 2014 con el impulso de Francisco de Elizalde. Doctora en Derecho, Sara es una convencida del potencial del movimiento clínico para sensibilizar a los estudiantes sobre la importancia de contribuir a “un mundo mejor”.

Tras un lustro de trabajo en la Legal Clinic, ¿cuáles dirías que son los elementos diferenciadores de vuestro modelo de educación clínica?

Nosotros apoyamos proyectos con impacto social. El componente internacional también está muy presente en los casos por la metodología de Derecho comparado que llevamos impregnada en nuestro ADN como universidad. Y es que el hecho de contar con alumnos provenientes de distintas partes del mundo facilita el acceso y comprensión de las fuentes jurídicas primarias. A modo de ejemplo, estamos trabajando en un proyecto con Max Planck Foundation for International Peace and the Rule of Law de revisión de la constitución chilena en el que se están analizando procesos de reforma similares en otros países con los que nutrir esta revisión. Además del carácter social e internacional de varios de nuestros asuntos, el espíritu emprendedor de la institución desde su origen supone que también desarrollemos proyectos con emprendedores sociales.

 

De vuestro trabajo resaltaríamos la apuesta por el análisis teniendo en cuenta el factor tecnológico. Así lo vemos en proyectos como Voluntechies, Living with the Algorithm. ¿Qué papel juega la tecnología?

La interacción entre tecnología y Derecho es un tema de actualidad que despierta gran interés entre los alumnos. Por ello, el componente tecnológico juega un papel importante en nuestros proyectos, bien por el hecho de colaborar con entidades que hacen uso de la tecnología en el desarrollo de su actividad, bien porque el proyecto tenga una vertiente tecnológica. Voluntechies es una organización que utiliza la tecnología como herramienta de ocio para personas hospitalizadas. Con ellos empezamos estudiando todo el régimen de responsabilidad civil por el uso de esta tecnología en hospitales y, actualmente, estamos analizando la normativa de voluntariado en aquellos países donde quieren iniciar su actividad. El proyecto de Living with the Algorithm, con mucho impacto posteriori dado que se ha llegado a publicar el resultado académico, analizaba la forma en la que los algoritmos afectan a nuestra vida diaria

“El componente internacional también está muy presente en los casos por la metodología de Derecho comparado que llevamos impregnada en nuestro ADN como universidad. Y es que el hecho de contar con alumnos provenientes de distintas partes del mundo facilita el acceso y comprensión de las fuentes jurídicas primarias”.

Más de 43.700 horas de pro bono, 203 estudiantes matriculados de más de 30 nacionalidades… ¿Cuál es vuestro secreto?

El secreto del éxito son los alumnos que no solo son de los mejores estudiantes desde un punto de vista académico, sino que también cuentan con una gran conciencia social. Además, el hecho de que desde la universidad se dé reconocimiento al trabajo de la clínica jurídica y que los alumnos tengan obligaciones como la de computar las horas de dedicación por cada tema contribuye a la profesionalización de la actividad y a que los estudiantes vayan adoptando dinámicas de trabajo con las que, seguramente, convivan en su futuro laboral.

 

El IE Law School lleva años apostando por la formación específica en trabajo pro bono. ¿Por qué es importante?

Nuestro compromiso como institución consiste en estar involucrados en la conformación de la sociedad futura, apostando por un mundo más sostenible. En el trabajo de la clínica jurídica, esto se traduce en dos actuaciones principales: por un lado, la participación en proyectos en los que, en mayor o menor medida, generamos impacto social en el ahora y, por otro lado, la formación de futuros profesionales del Derecho comprometidos con el mañana. Por lo tanto, la intervención en asuntos pro bono es triplemente interesante ya que impulsa la sensibilización sobre la práctica pro bono, promueve la formación en el área del Derecho de la que trate el proyecto en cuestión, y supone también la adquisición de habilidades blandas o soft skills que los alumnos incorporarán a su futuro profesional.

 

¿Qué significa para los alumnos participar en este tipo de proyectos de la mano de abogados en ejercicio?

El trato con el abogado y el cliente despierta mucho entusiasmo entre los alumnos, sobre todo, en aquellos estudiantes de máster que también lo ven como una primera toma de contacto con el mundo laboral. Se les abre un mundo de oportunidades a las que destinar su tiempo y aportar valor. Estamos muy satisfechos de ver cómo la práctica pro bono va calando entre los alumnos y que, cada vez, son más los interesados en el trabajo en la clínica jurídica. Este incremento es, posiblemente, consecuencia de un relevo generacional en donde los estudiantes van adquiriendo mayor conciencia social.

“Nuestro compromiso como institución consiste en estar involucrados en la conformación de la sociedad futura, apostando por un mundo más sostenible”.

Formáis parte de la Red Española de Clínicas Jurídicas. ¿Qué retos identificas en el mundo clínico?¿Cómo puede colaborar mejor el trabajo pro bono con las clínicas jurídicas?

En España, el movimiento clínico es reciente, por lo que aún se está afianzando. Por desgracia, la sociedad desconoce el potencial de la contribución de las clínicas jurídicas por la falta de difusión y visibilización del trabajo. Una mejora de estos aspectos y un reforzamiento del marco teórico del movimiento clínico contribuiría a una mayor difusión e interiorización de nuestro trabajo para poder también transmitírselo a los alumnos. En este sentido la Fundación juega un papel importante porque identifica necesidades y clientes y delimita claramente, con objetivos y plazos perfectamente delimitados, los proyectos en los que colaboramos desde la clínica.

 

Habéis trabajado con Fundación Pro Bono España en varios proyectos. También, con varios de los despachos de nuestra red. ¿Qué papel juega el coordinador del proyecto en el despacho y el profesor a cargo del mismo?

Sin el coordinador no hay proyecto. El trabajo que se lleva a cabo en las clínicas jurídicas es pedagógico, por lo que es fundamental contar con orientación en la llevanza del asunto. Los proyectos con la Fundación son especialmente completos porque hay un abogado en ejercicio y un profesor para guiar a los alumnos. Ambas figuras son importantes a la hora de ayudar a los estudiantes a traducir en términos jurídicos las necesidades de la organización social y darles feedback para lograr obtener un resultado final de calidad.

“Los proyectos con la Fundación son especialmente completos porque hay un abogado en ejercicio y un profesor para guiar a los alumnos”.

La Fundación va a impulsar un programa de prácticas pro bono en donde los alumnos combinan el aprendizaje teórico en el área del Derecho que resulte de su interés con un aprendizaje en materia pro bono, con el fin de adquirir sensibilidad social y responsabilidad individual sobre nuestro entorno. ¿Qué sensaciones te despierta este tipo de iniciativas? ¿Alguna sugerencia o deseo para el futuro trabajo con la Fundación?

Me parece una iniciativa magnífica que espero que se pueda poner en marcha y generalizar pronto. Sin duda, el programa de prácticas es una oportunidad para los estudiantes para aprender que, con independencia de a qué se dediquen el día de mañana o su área de especialidad, pueden participar en proyectos con impacto social con los que contribuir a crear un mundo mejor.

Entrevista publicada en Probono España