La irrupción de las nuevas tecnologías están entrando de manera aún muy tímida en los despachos de abogados, pero su apuesta ya es decidida. "Aunque se han hecho muchos progresos en los últimos años, todavía queda muchísimo camino por recorrer", alerta Javier de Cendra, decano de IE Law School, que acogió la conferencia Los fundamentos del negocio internacional legal: retos y tendencias del abogado del siglo XXI, organizada por el comité de jóvenes abogados de la International Bar Association (IBA).
A este respecto, De Cendra destaca una gran traba para que la entrada de la tecnología sea una realidad en toda la profesión y no sólo en los despachos más punteros: "Una primera barrera psicológica y técnica (relacionada con la percepción sobre la seguridad y confidencialidad de los datos) que ha retardado la incorporación de la inteligencia artificial y el machine learning de manera generalizada en el sector, pero que ya se está superando, tiene que ver con la decisión de migrar archivos y procesos a la nube, un paso previo necesario para posibilitar la utilización masiva de herramientas por empresas de pequeño y mediano tamaño".
"La profesión de la abogacía está atravesando un proceso de cambio muy relevante y los futuros profesionales deben estar preparados para ejercer en un entorno profesional cambiante", asegura Soledad Atienza, vicedecana de IE Law School.
Pero además de la tecnología, Atienza destaca la importancia vital de la globalización, que exige a los profesionales que sean capaces de trabajar en un entorno internacional con clientes de diferentes jurisdicciones y en asuntos transnacionales. Esto hará que aquellos profesionales dedicados al derecho de los negocios tengan que cambiar su manera de completar tanto su carrera laboral como su formación, que más que nunca debe ser continua.
"Para afrontar estos retos, es clave que los abogados del futuro se formen no sólo en los conocimientos técnicos jurídicos, sino en habilidades y competencias, como la creatividad y el pensamiento crítico, necesarios para trabajar en un entorno tecnológico, internacional y además cambiante", subraya la vicedecana.
Junto con la prudencia y una alta formación moral y técnica y en humanidades, Javier de Cendra añade otra característica que debe contar un profesional que desee destacar en la abogacía de los negocios: "Dar un servicio adecuado al cliente requiere conocer su situación, que pasa, en el caso de las compañías, por tener formación en gestión de empresas".
Alberto Mata: "Momento de cambio"
El mercado jurídico se encuentra inmerso en una época de reestructuración que, aunque empezó ya hace unos años, aún tiene mucho camino por recorrer. Así lo confirma Alberto Mata, secretario del comité de jóvenes abogados de la IBA, que apunta que "el sector legal de la abogacía de los negocios está en un momento de cambio". En este sentido, recuerda que "las empresas (como clientes) tienen cada vez más conocimiento, experiencia y poder de negociación frente a los despachos de abogados", lo que está obligando a las firmas a potenciar las habilidades de sus letrados para interactuar con unas asesorías jurídicas cada vez más fuertes y más conscientes de que "juegan un papel fundamental para, entre otros, el desarrollo del negocio y la gestión de riesgo".
En este sentido, Mata asegura que el secreto no es otro que la formación, además de "conocer a la perfección el negocio al que se dedica la empresa y el abogado tiene que ser capaz de anticipar riesgos y recomendar propuestas legales que, además de ser viables jurídicamente, sean interesantes desde un punto de vista comercial".
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